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lunes, 2 de noviembre de 2015

Rosencrantz: intertextualidad, modernidad, postmodernidad

Verónica, Silvina, Susana, Marina, Mariana y Betina aportan este material.

¿Cuál es la diferencia entre la intertextualidad moderna y la postmoderna?

Desde la perspectiva moderna, la relación intertextual se establece por la creación de lo nuevo, mientras que en la visión postmoderna por el revivir de lo viejo.

Se trata de concepciones diferentes acerca de los textos y sus relaciones. Una concibe la obra literaria como un texto cuyas cualidades han de ser buscadas dentro de ella misma y la otra la toma como un intertexto cuyas cualidades están dadas por su relación con otras obras literarias.

Como procedimiento literario la intertextualidad ha existido durante siglos, pero el postmodernismo ha desarrollado la capacidad de percibir la importancia de este fenómeno y describirlo. Mientras el modernismo se esfuerza por romper con el pasado, el postmodernismo lo hace por incluir dentro de sí el pasado.

El modernista no necesita del pasado excepto como objeto de oposición. El arte postmoderno es realista, parte de la conciencia de que el pasado no puede ser desechado. Parte de la idea de que todo discurso es en realidad un recuento. El postmodernismo reaviva el pasado, lo revaloriza, lo comenta y entra en un diálogo con él.

El postmodernismo, a diferencia del modernismo que realiza un tratamiento libre de los textos precedentes para generar sus propios hipotextos, “dirige su mirada hacia atrás para determinar la naturaleza de su predecesor” (Heer, 2011).


Bibliografía consultada

- Pavlicic, Pavao (1993): La intertextualidad moderna y postmoderna.

- Heer, Liliana (2011): Hamlet y Hamlet. Buenos Aires: Paradiso.

jueves, 29 de octubre de 2015

Enlace Recomendaciones lectoras

Recomendaciones lectoras - Word cloud - WordItOut
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Como en bandeja van apareciendo elecciones y propuestas, recomendados para recomendar. El lector habilita, deja en otras condiciones lo que era una carencia, una necesidad, un "tiempo libre". Leamos por placer estético o emocional, por conocer otros mundos, por ponerle palabras prestadas a nuestras vivencias, para contar qué leímos, para protegernos de la "invasión del mundo".





viernes, 9 de octubre de 2015

Nuevo viaje lector a un texto


Para entrar a un texto artístico-literario, y más cuando se trata de un “lenguajear humano” densamente paródico, muchas herramientas son válidas. Algunos compañeros respondieron a la pregunta sobre cuáles son las características del cuento El fantasma de Canterville en relación con el tema Fantasmas, de acuerdo a la exposición de Eduardo Berti en su compilación que lleva ese título. Para ellos, el autor plantea que esta clase de cuentos busca que el lector se asuste, pretende inspirarle miedo. El escritor H.P. Lovecraft también expresa: “El más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido”.
Nuestra ignorancia sobre qué sucede después de la muerte convierte al tema de los fantasmas en algo atrapante y aterrador a mismo tiempo.
Las creencias que han circulado desde tiempos remotos, son que los fantasmas serían seres cuya muerte, por algún motivo extraordinario, ha sido diferente. En algunos casos estas “almas en pena” vuelven movidas por una venganza por cumplir o para redimir una culpa.

Pero lo notorio es que siempre se establece un vínculo entre los fantasmas y los seres vivos del mundo real. En la Leyenda Dorada, el segundo libro más popular de la Edad Media, se plantea que hay una ayuda mutua donde los vivos colaboran con los muertos y viceversa. Esto se ve reflejado en el cuento de Oscar Wilde, cuando el personaje de Virginia ayuda a redimir al fantasma de Sir Simon quien recompensa a la joven con joyas y la enseñanza sobre el valor del amor.


En este mismo cuento están plasmados algunos rasgos arquetípicos de los fantasmas que aparecen en las historias de la Antiguedad, tales como el ruido de las cadenas que preceden a sus apariciones.

Con respecto al cuento Los idiotas de Joseph Conrad, el tema de las apariciones está abordado desde el personaje de la protagonista femenina, quien consumida por la culpa de haber matado a su esposo, ve su semblante acercándose a ella (cuando en realidad era un vecino que quería ayudarla a que no cayera en el precipicio). Esta aparición de su esposo es obra de su imaginación debido al estado de desesperación en que se encontraba luego de cometer dicho crimen.

Berti hace una diferencia entre el relato de fantasmas gótico y el relato de fantasmas victoriano. En el primero, también llamado "negro", el escenario y la atmósfera suelen ser muy tenebrosos (castillos en ruinas, aullidos de ultratumba) con una mayor definición de los fenómenos sobrenaturales: un vampiro, fantasma o demonio. En vez en el relato victoriano o "blanco" creado a fines del siglo XIX se habla de apariciones o visiones y ocurre la acción en lugares más cotidianos.


Otro grupo de compañeras lee a Wilde y a Dickens, de la mano de C.S. Feiling en su prólogo La pesadilla lúcida. Ellas plantean que al cuento de Wilde lo podemos ubicar en el primer período (la pre-historia) del género de terror que corresponde a la novela gótica. Se caracteriza por representar tiempos lejanos, países exóticos, paisajes románticos que suelen incluir un castillo, un antihéroe demoníaco y una heroína increíblemente pura.
Comparte con El señalero de Dickens estas características:
- voluntaria suspensión de la incredulidad;
- pretenden producir miedo en el lector;
- existencia de elementos sobrenaturales, por lo común dañinos para el hombre.

¿Habrá otros rasgos que comparten con otros períodos del cuento de terror?

jueves, 24 de septiembre de 2015

Micro-cultura

Multiculturalismo, pluriculturalismo, diversidad, tolerancia, ¿por dónde empezar a hablar?. Empecemos por casa. ¿Cómo convivimos los encontrados ante un mismo deseo, propósito, anhelo alrededor del fuego, en la ronda que nos invita a retornar al tiempo sagrado en que se vive, siente, explica lo cotidiano en lo arcaico, el BEG, el aumento del pan, la floración del espinillo junto con las batallas del ego, el vuelo de las horas por nuestro pelo, el ir y venir de la creación a la muerte?
¿Cómo resolvemos, enfrentamos o postergamos nuestros desafíos pequeños, silenciosos o hermosos sin hacer escándalo, sin tomarnos las cosas como algo personal que alguien me hace [aunque me impacte emocionalmente y (pareciera que) no pueda contener mis impulsos]?

En nuestras historias (Muchacha punk, Tocando el viento, El fantasma de Canterville) alguien viaja para conocer lo lejano. Alguien también vuelve para ser un extraño. Todos llevan seguridades, una identificación, objetos, vínculos. Van abiertos, desprendidos de la comunidad primaria que los contenía y sin embargo no pueden evitar un momento de estancamiento, las dudas, el regreso de un pasado no resuelto que impide entregarse completamente a nuevas condiciones (son los prejuicios del Narrador sobre lo "punk"; el secreto de Virginia en El fantasma). Finalmente, un orden se restablece gracias a la valentía de un héroe (los mineros, Virginia) o se afirma un estado de aceptación de condiciones adversas (decepciones de Lector y Narrador).

Empezamos por casa, por la microcultura donde se debaten, empujan, abrazan los sentidos. ¿Por dónde seguir?