Desde el punto de vista de la Armonía del Cosmos poco tengo que hacer para reparar este legajo, y "hacer" y "reparar" ya es exagerado. Digo que cualquier efecto-fin-logro en Neoccidente no puede resumirse (si es que nombrarse puede), y para más claridad, destejo que mi programada voluntad reúne al menos cuatro o cinco fuerzas:
- la consciente como resultado del oír-decir que configura un relato posible en torno al Yo o yo expandido en comunidades de pertenencia filiatoria;
- la "zona oscura" de reversiones de lo consciente (sueños, peleas, humor, angustia, juegos);
- la configuración cósmica en torno al nacer: sello, signo, ascendiente, luna, sol, luna solera;
- la conspiración del poder-sobre en sus maquinarias del miedo y la libertad;
- la mínima de afiliaciones no filiatorias, la instantánea libertaria o misión sagrada.
En otro folio de lo biográfico pienso que entre lógico y feudal, el punto de vista armónico se aupa sin salario, sin retórica organizada, y pregunta: ¿por qué la "mínima de las afiliaciones"?, ¿cuál es la "máxima? ¿quién come a quién, voluntad o poder, quién mira?
Otra versión: cuatro o cinco fuerzas en una misma partícula, montones de partículas entrelazadas pero ¿cómo se enlazan sus pulsos? ¿es Neoccidente el corazón de la bestia o es lenguaje de programación para foto-carnet?
Presiono ESC para salir de la visión.
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