El cuerpo obrero. Cerebro

 

Hacer un mapa binario del cerebro humano es moco de pavo. Por eso el lobo Google parecerá una pyme off shore cuando lo logre. Con unos algoritmos olvidados, THC, o con una lucidez libertaria de recreo, cualquier pibe armaría una campaña.Primero crearía perfiles solo (empieza con personajes Shakespeare). Después pediría a sus contactos que colaboren (Quijote, Dostoievsky, Markson amplían variedad). Mientras esperaría reflujo viralizado (Puig, Kerouac, Bodoc, diversos mundos en uno) se mandaría a mudar: el cuerpo no ignora a quien lo evade porque un cerebro sin metáfora, una carnecita que no se apasiona es estadística de carnaval. Cualquier pibe no lo hará, pero tiemblen con sus Bolsas los que más lucran porque saben que es posible saltar los cercos.

 

Palabras de Marta III

 

- Está bien – dijo – ahora estás en otra cosa. Cuando uno busca tiene que salir y mirar. Según yo, vos tenés un potencial que nosotras vimos, ¡lo vimos! y dijimos “este chico tiene que estar acá” ¿Por qué te lo digo? Igual ya lo sabés: que en tercer año de la carrera hayas puesto todo lo que habíamos estado pensando y probando, y discutiendo en congresos donde nos miraban como si metiéramos las patas en las fuentes de la literatura. Todo eso estaba en tu trabajo y ya habíamos leído un montón de buenas monografías pero había en la tuya una lectura tan clara y convincente del Facundo y Feinmann con los dos demonios que vimos ahí eso que dice Bourdieu, escucháme, Luquitas, que la subversión cognitiva y la subversión política van de la mano. Vos sabés de qué te estoy hablando, no me refiero a escribir lo que pensás de la Universidad, la vida o la Cristina (ni quiero saberlo) sino a la literatura: “ayúdame a mirar” le dice el hijo al padre cuando descubre el mar, cuenta Galeano. Ahí está nuestro lugar - sentenció. Vas a viajar y vas a buscar, claro, acá puede ser asfixiante, ya te digo que mientras yo no me jubile conmigo vas a tener con quien trabajar… desde donde puedas (investigación, tu biblioteca, la docencia), porque acordate de que se empieza con lo que se tiene, no inventamos nada, como dice Macedonio: “las cosas no comienzan cuando se las inventa o el mundo fue creado antiguo”. Pero sí podemos, y es lo último que te digo, podemos cambiar la mirada, podemos habilitar una palabra donde había silencio y soledad. Andá nomás y te deseo lo mejor: palabra de Marta.