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lunes, 2 de agosto de 2021

Desprendimiento

 


Desprendimiento


No son mis ojos los que absorben

un paisaje que me lleva a casa.

Enhiestos, turgentes, alabados

los tulipanes crecen como

navegantes, compañeros, vigías.

 

En espejo posamos, madre.

¿Me trajiste semillas o flores

en tu gozo de palabras?

¿te dejé en gajos vistosos

un perfume de regreso?

 

La noche nos confunde

en patios de ciudades diversas,

los faros se encienden

en puertos remotos. El mío

aquí, madre, luminoso

pero sin rumbo de vuelta a casa.

¿Por qué calló Filloy?

 


¿ERA CAYO, YOLLI FILLOY, O YACARÉ?

Década del ’30. Lejos del miserabilismo de cierto Boedo, del heroísmo estoico de Varela o del agonismo de Quiroga, la milicia solidaria de la “Caterva” logra aliar lenguas, programas de coyuntura y corrientes espirituales  en trazos de un criollismo literario de retaguardia (una poética aceptada de tanto discutirse en el Café, acciones progresistas con oropel o summa literaria como bandera de clase). Aunque también, la milicia solidaria se escribe con sustrato rebelde de vanguardia (mapeo; toponimia historizada; diccionarios cosmopolitas, nacionales, nativos o de boliche; memorias comunitarias de la Huelga del ‘36). A diferencia del antropólogo, Filloy no viaja para “registrar” culturas; a diferencia del folclorista no milita su recopilación en catálogos.

1937. Filloy publica en edición privada (300 ejemplares para dedicar y enviar) el que sería su último libro en décadas, “Caterva” viene después de “¡Estafen!”, “Op Oloop”, “Usaland”. Construye una figura de autor pública pero deja de publicar. Se retira de escena con 40 años a ejercer su profesión liberal: o se trata de un humanista revolucionario arrepentido (los adjetivos son míos) o tengo poca idea de lo que es la fe en la trascendencia literaria.

En 1970 vuelve a publicar, ya jubilado de juez. Deslumbrado por la amplitud y riqueza del castellano en sus más de 6000 palabras completa más de 60 libros publicados, vive 106 años y publica su Tratado de palindromia después de 30 años de crear la mayor cantidad de frases capicúa en el mundo.

Aunque los números hablen solos sobre la persona excepcional que un 1ro de agosto cumpliría años, “Karcino”, el Tratado de palindromia, puede resumirse en una frase minúscula que muestra en la sorpresa irónica lo que con el tiempo se llamaría posverdad:

ALLÍ TÁPASE MENEM ESA PATILLA

De la “Caterva” a “Karcino” la mirada solidaria no perturba, aunque agita memorias comunitarias de la rebelión moderna.