Postal para mí al lado de
ustedes. Si hay un dios adentro que maneje editor de fotos, que tenga
experiencia en teletransportaciones o corte y pegue a mano con prolijidad.
Recibo su postal en
cualquier casilla. No estaré del lado exterior de las cosas cuando brillen sus
voces queridas: ninguna voluntad quise conquistar con sangre y verso como para
homenaje en primer plano.
Miren, sólo así, abriendo
este portal exagero la guía pedagógica que quiero brindarles: cuando llegue la
imagen la mostraremos en la mesa, así se sumará una copa en alto desde este lado
interior.
Cada cual quizá en su memoria almacene y expanda una versión similar de la huella que dejamos: su lado interior de la moneda o una expresión rítmica precisa. Eso será todo un ritual pero seguramente no estaré ahí cuando enfrenten al Gran Enigma, a la Sombra Madre o, incluso, a la emoción doméstica del calendario.
De este lado de
las cosas, yo estaré forjando mi propia postal.
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